Sin nada que decirnos,
En el día, en la noche,
Sin mirar el horizonte,
El pasado, el momento;
Sin sentir nuestras miradas,
Sin oír nuestras pisadas...
Nada, ni ternuras ni caricias.
Sin angustias para el otro,
Sin recuerdos de los besos.
Ya sin besos o suspiros.
Viviendo en cielo sin estrellas,
Y tampoco lunas, mucho menos novas,
En un universo ya vacío
De energía, de fotones.
En un mundo carente de estaciones
De risas y de auroras y de amores.
Universo, mundo, emociones
En el que nada es el todo
Y todo es solamente... ¡Nada!.